lunes, 26 de abril de 2021

La abominacion desoladora

Daniel 8:9-14. El Cuerno Pequeño y la Abominación Desoladora Luego del carnero y el macho cabrío, la visión de Daniel se enfocó en “un cuerno pequeño”, que era un reino que se extendió hasta “la tierra gloriosa” (Israel). (Daniel 8:9) Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa.
CUERNO PEQUEÑO De los reinos helénicos, el que creció hacia Israel fue el de los seléucidas (descendientes del general Seleuco). Entre sus descendientes, se levantó un rey con mucha prepotencia. Su nombre era: Antíoco IV, y él mismo se puso el sobrenombre de “Epífanes”, que significa: dios manifiesto. El quería que la gente lo reconociera como un dios. Esto es el cumplimiento de lo que Daniel describe de su visión: (Daniel 8:10-11) Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó. Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. ABOMINACIÓN DESOLADORA Con respecto al Templo de Elohim en Yahrushalayim , Antíoco envió a su ejército para tomar control del santuario y lo profanó, poniendo adentro estatuas de Zeus y sacrificando cerdos en el Altar del Holocausto. Esto es lo que se conoce como la “abominación desoladora”, es decir, la profanación del Templo que llevó a que se detuvieran los sacrificios continuos (hebreo, Korban Tamid), que era un holocausto que se ofrecía todos los días, dos veces al día (en la mañana, a las 9 am, y en la tarde, a las 3 pm). ADON YAHSHUA DIJO : Que la “abominación desoladora” iba a volver a pasar en un futuro, relacionado con su segunda venida. (Mateo 24:15) Por tanto, cuando veáis la abominación de la desolación, de que se habló por medio del profeta Daniel, colocada en el lugar kadohs (el que lea, que entienda)… (Mateo 24:21) …porque habrá entonces una gran tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, ni acontecerá jamás. En las escrituras hay muchas profecías que tienen cumplimiento doble, y esta del “cuerno pequeño” evidentemente lo es, ya que cuando Adon Yahshua habló estas palabras, ya había sucedido lo de Antíoco, pero él estaba hablando de un evento en el futuro. También se dio una especie de “abominación desoladora” cuando los romanos destruyeron el Templo de Yahrushalayim en el año 70 d.C. Posteriormente los romanos pusieron un templo de Júpiter en el lugar donde estuvo el Templo de Elohim. Esto podría tomarse como el cumplimiento de lo que anunció Adon Yahshua ; sin embargo, el Adon lo vinculó con su segunda venida y la gran tribulación. Por lo tanto, sabemos que la abominación que se dio en tiempos de Antíoco IV y de los romanos fueron solamente “sombra” de lo que vendrá al final de los tiempos, siendo Antíoco una figura del antimashiah . REY ALTIVO Cuando el malaj dio la interpretación a Daniel, dio más detalles acerca del “cuerno pequeño”: (Daniel 8:23-25) Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los kadohs. Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana. En tiempos de Antíoco IV, este rey fue en contra del pueblo de Elohim, no sólo militarmente, sino ideológicamente. Luego de tomar el control militar y político, el rey procedió a prohibir ciertos principios básicos de la fe de los judíos, con el fin de helenizar al pueblo de Israel: 1. Prohibió el estudio de las escrituras ; 2. Canceló el día de reposo (heb. Shabat); 3. Cambió los tiempos, obligando dejar el calendario hebreo y las fiestas bíblicas; 4. Prohibió la circuncisión; 5. Violó la santidad del matrimonio, obligando a las novias a pasar la primera noche con un militar griego. Este mismo patrón y la profecía de Daniel se volverá a cumplir en los últimos días. Pero en ese tiempo, el rey altivo será conocido como “antimashiah”. Se le llama así porque se levantará en contra del “Príncipe de príncipes” (el mashiah), y hará guerra contra el pueblo de Elohim en los últimos días. PROSPERÓ Al hablar del cuerno pequeño, figura del antimashiah, Daniel dice que a este rey se le va a dar libertad para vencer al pueblo de Elohim. (Daniel 8:12) Y a causa de la prevaricación le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó. Podemos preguntarnos: ¿Por qué Elohim permitiría que este enemigo prosperara? La respuesta la encontramos al principio del pasuk: por el pecado (heb. Pesha: transgresión, rebelión). La iniquidad del pueblo le dio el derecho al enemigo de vencerlos. ¿HASTA CUÁNDO? En la visión se revela la duración del tiempo de esta profanación: (Daniel 8:13-14) Entonces oí a un kadohs que hablaba; y otro de los kadohs preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Los reinos del hombre, incluyendo al antimashiah, tienen un tiempo limitado; tienen fecha de caducidad determinado por Elohim. Daniel 8:15-27. Intérpretación del malaj Gabriel Cuando Daniel recibió la visión del capítulo 8, le fue difícil comprenderla. Pero Elohim le envió ayuda en la forma de un “intérprete celestial”: (Daniel 8:15-16) Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre. Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la visión. Elohim no envió a cualquier malaj a explicar la visión a Daniel. El malaj que llegó fue Gabriel, que la escritura reconoce como uno de los malaj más cercanos a Elohim (Lucas 1:19). Según la tradición, Gabriel es un malaj defensor de Israel, junto con Miguel. En las escrituras, Gabriel aparece en momentos de transición y antes de la llegada del Mesías. Fue Gabriel quien anunció el nacimiento de Juan el Bautista (Luc. 1:10-20) y el nacimiento de Adon Yahshua (Luc. 1:26-38). Este malaj especial fue enviado a Daniel para explicarle esta visión, y le señaló que era para los tiempos del fin. (Daniel 8:17-19) Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin. Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin. Daniel se quedó sin entender porque la visión no era para sus días sino que para el tiempo del fin. Fue tan fuerte la experiencia que Daniel quedó indispuesto por varios días. (Daniel 8:27) Y yo Daniel quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía. PARALELOS EN LAS ESCRITURAS Antes de pasar al siguiente capítulo del libro de Daniel, quiero que regresemos a leer los versículos 10 al 12, ya que quiero resaltar unos paralelos muy interesantes con otras escrituras bíblicas… En la descripción del cuerno pequeño, Daniel dice lo siguiente: (Daniel 8:10-11a) Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó. Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos… Estos PASUK me llamaron mucho la atención, porque me recordaron a la descripción que Isaías hace de Lucifer: (Isaías 14:12-15) ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucifer, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de Dios levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Pero tú derribado serás hasta el infierno, a los lados del abismo. El anticristo sigue el patrón exacto de Satanás, que se levanta en contra de Dios, queriendo tomar su lugar. Hace guerra en los cielos, pero será derrotado al final, hasta el abismo mismo. Otro detalle curioso es que, en la descripción de Lucifer en Isaías 11, dice que está cubierto de gusanos. (Isaías 14:11) Descendió al sepulcro tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán. De forma similar, cuando Antíoco IV se levantó contra el pueblo de Elohim para acabarlo, el Adon lo frenó de forma abrupta, y lo enfermó al punto que gusanos se lo estaban comiendo vivo. La descripción de esto se encuentra en el segundo libro de los macabeos: (2 Macabeos 9:4-12) Pero el juicio de Elohim lo seguía. En su arrogancia, Antíoco había dicho: “Cuando llegue a Jerusalén, convertiré la ciudad en cementerio de los judíos”. 5 Pero el Señor Dios de Israel, que todo lo ve, lo castigó con un mal incurable e invisible: apenas había dicho estas palabras, le vino un dolor de vientre que con nada se le pasaba, y un fuerte cólico le atacó los intestinos. 6 Esto fue un justo castigo para quien, con tantas y tan refinadas torturas, había atormentado en el vientre a los demás. 7 A pesar de todo, Antíoco no abandonó en absoluto su arrogancia; lleno de orgullo y respirando llamas de odio contra los judíos, ordenó acelerar el viaje. Pero cayó del carro, que corría estrepitosamente, y en su aparatosa caída se le dislocaron todos los miembros del cuerpo. 8 Así, el que hasta hacía poco, en su arrogancia sobrehumana, se imaginaba poder dar órdenes a las olas del mar y, como Elohim, pesar las más altas montañas, cayó derribado al suelo y tuvo que ser llevado en una camilla, haciendo ver claramente a todos el poder de Elohim. 9 Los ojos del impío hervían de gusanos, y aún con vida, en medio de horribles dolores, la carne se le caía a pedazos; el cuerpo empezó a pudrírsele, y era tal su mal olor, que el ejército no podía soportarlo. 10 Tan inaguantable era la hediondez, que nadie podía transportar al que poco antes pensaba poder alcanzar los astros del cielo. 11 Entonces, todo malherido, bajo el castigo divino que por momentos se hacía más doloroso, comenzó a moderar su enorme arrogancia y a entrar en razón. 12 Y como ni él mismo podía soportar su propio mal olor, exclamó: “Es justo someterse a Elohim y, siendo mortal, no pretender ser igual a él”. (2 Macabeos 9:28) Así pues, este asesino, que injuriaba a Elohim, terminó su vida con una muerte horrible, lejos de su patria y entre montañas, en medio de atroces sufrimientos, como los que él había hecho sufrir a otros. No es casualidad que lo mismo le sucedió a Herodes cuando él quiso hacerse pasar como Elohim, en el tiempo de los talmidin. (Hechos 12:21-23) Y un día señalado, Herodes vestido de ropa real, se sentó en su trono, y les arengó. Y el pueblo aclamaba, diciendo: ¡Voz de un dios, y no de hombre! Y al instante el malaj del Adon le hirió, por cuanto no dio la gloria a Elohim; y expiró comido de gusanos. Parte esencial de los reinos del hombre es que los reyes se enorgullecen tanto que llegan a proclamarse como “dios”. Lo vimos con Nabucodonosor, Antíoco, Herodes, y lo mismo hicieron varios emperadores romanos (Octavio, Julio César). Lo mismo se repetirá con el antimashiah en los tiempos finales.

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