domingo, 16 de agosto de 2020

Daniel 7:9-14. Anciano de Días

 

Daniel 7:9-14. Anciano de Días



Así como el sueño de Nabucodonosor (Dan. 2) culmina con el fin de los imperios del hombre, también el sueño de Daniel presenta el fin del dominio del hombre. Éste es el mensaje central del libro de Daniel: que Dios es Soberano y está sobre los reinos de este mundo.
(Daniel 2:21) Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.

Al final del sueño de Daniel, se abre la revelación que hay alguien en el Cielo que juzga sobre los asuntos de la Tierra:
(Daniel 7:9-10) Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.

“Anciano de Días” en arameo es: “Atik Yomin”, que también puede traducirse como: antiguo de días. Se refiere a Dios que es eterno.
(Salmo 90:2) Antes que los montes fueran engendrados, y nacieran la tierra y el mundo, desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios.

El “Anciano de Días” es Dios Padre. Él es el rey del universo y el Juez justo. Él es quien determina a quien le será dada la autoridad sobre el mundo (Salmo 2).

El sueño de Daniel reveló que, al ser quitado el dominio a los reinos del hombre, la autoridad será dada a alguien designado por Dios:
(Daniel 7:13-14) Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.

A diferencia de los reinos del hombre que suben y caen, el reino del Hijo del Hombre será para siempre. Este es el Reino del Mesías, Jesús (en hebreo: Yeshua). Por eso, Jesús se llamaba a sí mismo “hijo del hombre”, lo cual apuntaba a que él era el Mesías, anunciado por los profetas y esperado por todo Israel.

El profeta Miqueas recibió más detalles de quien es este líder eterno que recibirá el dominio de Israel: su tribu, su lugar de nacimiento, y su edad.
(Miqueas 5:2) Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad.

LIBROS ABIERTOS
En la visión, Daniel vio que cuando el Juez se sentó a juzgar, unos libros fueron abiertos. Al final de Apocalipsis también se mencionan estos libros, y se explica más sobre lo que en ellos está escrito:
(Apocalipsis 20:11-12) Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

Por el contexto, sabemos que son libros legales de las cortes celestiales. En ellos está escrito lo que cada persona ha hecho en su vida, y en base a eso seremos juzgados.

Más adelante explica la trascendencia del “libro de la vida”.
(Apocalipsis 20:15) Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

En la próxima entrada terminaremos de estudiar el capítulo 7, enfocándonos en los otros detalles que Daniel recibió sobre la cuarta bestia…


Daniel 7:19-26. Más sobre la Cuarta Bestia

En el sueño que Daniel tuvo de las cuatro bestias, la que más le intrigó fue la última:
(Daniel 7:19) Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies.

Daniel compara las otras bestias con animales, pero esta última queda sin comparación, describiéndola como “espantosa en gran manera”, y muy destructiva.
(Daniel 7:23) Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará.


DIEZ CUERNOS
La descripción de Daniel luego se centra en la cabeza: con diez cuernos, y uno extra que sale después.
(Daniel 7:20) asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos, y boca que hablaba grandes cosas, y parecía más grande que sus compañeros.

Más adelante, Daniel recibe la revelación de lo que representan estos cuernos:
(Daniel 7:24) Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará.

Unos versículos atrás leemos otros detalles del cuerno extra, que se describe como “pequeño”, pero es más fuerte.
(Daniel 7:8) Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas.

En la visión, Daniel vio que la cuarta bestia va a ser destrozada y quemada, pero va a sobrevivirla el cuerno pequeño.
(Daniel 7:11) Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.

Aunque este cuerno es pequeño, se describe con una boca grande, la cual será usada para pelear en contra de Dios y de los santos.
(Daniel 7:25) Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.

Ya vimos que los cuernos representan reyes (o líderes nacionales), por lo tanto “el cuerno pequeño” será un líder o gobernante, cuyo dominio durará 3 ½ tiempos (o años). Ese líder es conocido como “el anticristo”.

En Apocalipsis se confirma lo que Daniel describe: el apóstol Juan recibió una visión similar de los últimos tiempos; él también vio a la última bestia, y al líder de la boca grande.
(Apocalipsis 13:5-7) También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.

GUERRA CONTRA DIOS Y LOS SANTOS
Tanto Juan como Daniel recibieron la revelación en sus visiones de la guerra que el anticristo hará en contra de los hijos de Dios. Y contrario a lo que podríamos suponer, Dios le va a permitir al enemigo vencer—pero sólo por el tiempo determinado por Dios para sus propósitos eternos.
(Daniel 7:21) Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía, hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino.

A lo largo del libro de Daniel, vemos repetido el mensaje que Dios está en control. Aunque el Señor permita que los enemigos tengan triunfos temporales, al final se hace claro que Dios es Soberano, y que Él es quien determina lo que acontecerá.

Al final, Dios va a juzgar a todos, y el dominio que fue cedido a los enemigos cesará, porque el poder y la autoridad le será dada a quien le pertenece: al Mesías y a Su Pueblo.
(Daniel 7:26-27) Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.

Aunque la visión tiene un buen final para el pueblo de Dios, esto no resta lo terrible del proceso. Por eso, Daniel se quedó turbado por la visión.
(Daniel 7:28) Aquí fue el fin de sus palabras. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demudó; pero guardé el asunto en mi corazón.

Es muy humano preocuparse por las imágenes fuertes de los últimos tiempos. Pero no debemos dejarnos infectar por el miedo, ya que el propósito de Dios al revelar lo que va a ocurrir es todo lo contrario: es advertirnos para que estemos preparados, y para que permanezcamos fieles hasta el final, sabiendo que todo está en control del Todopoderoso, y que todo será para bien.
(Apocalipsis 13:10) “…Aquí está la paciencia y la fe de los santos.”

(Apocalipsis 14:12) Aquí está la perseverancia de los santos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

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